Cuarenta y ocho días después de su último partido, Neymar volvió a vestir la camiseta de Santos y el ruido dominó la noche, con expectativas altas y una tensión que se palpa en cada jugada.
En la Vila Belmiro, el regreso de Neymar cambió el pulso del juego y encendió una esperanza para los suyos. Veintitrés minutos bastaron para alterar la dinámica: toques al espacio, una aceleración que rompió líneas y decisiones claras cerca del área. ¿Bastaron? Para ustedes, el impacto es claro, y Santos se aferra a la lucha por la permanencia con energía que obliga. Sin anestesia.
Veintitrés minutos que cambiaron el partido y el impacto inmediato de Neymar
Cuarenta y ocho días después de su último partido, Neymar volvió a Vila Belmiro con Santos. En 23 minutos, aceleró el ritmo del ataque de Santos y generó varias ocasiones creadas, con regates y pases que abrieron líneas. Se le vio físicamente comprometido, pidiendo el balón y asociándose por ambos costados.
La reaparición no fue simbólica, cambió la temperatura del duelo y animó al equipo en la pugna por la permanencia. En los minutos finales, su conducción obligó a retroceder al rival y provocó una ovación de la afición que retumbó en Vila Belmiro.