Un golpe frío en Fortaleza dejó a Flamengo desconcertado y a su afición muda. El triunfo, sellado en casa, se encarnó en un marcador Fortaleza 1-0 Flamengo y, en la jornada 30 del Brasileirão, pesó.
La resistencia local convirtió cada ataque en un choque frontal, y el reloj mordió sin piedad. Para su carrera al liderato, Flamengo pagó caro la falta de precisión y de ritmo, pese a dominar tramos largos. ¿Cómo se explica tanta posesión sin daño? Silencio.
El gol tempranero de Breno Lopes y la muralla de Fortaleza
Fortaleza sorprendió a Flamengo como visitante, 1-0, gracias a un tanto en el arranque que silenció el estadio y sacudió la pelea por la punta. El artífice fue un Breno Lopes decisivo, que definió con frialdad tras una asistencia de José Herrera bien medida en el área.
El local apretó líneas y cargó el área con centros, sin hallar el camino del empate en su feudo. La respuesta fue una defensa compacta de Fortaleza, siempre ordenada y con coberturas rápidas, suficiente para proteger a su arquero y mantener la portería imbatida hasta el pitazo final.