CONMEBOL baraja llevar la final de la Libertadores fuera de Sudamérica. La idea reabre la final única en sede neutra y empuja la mundialización del fútbol hacia nuevos públicos.
Miami, Madrid o Dubái seducen por infraestructura, seguridad y una diáspora que llena estadios y consume. En la ecuación, pesan los derechos televisivos internacionales y el impulso hacia una Copa Libertadores global que amplía patrocinios. Para ustedes, ¿vale el negocio si se enfría la mística y los viajes encarecen el acceso de las barras? La identidad se quiebra.
¿Miami, Madrid o Dubái? Ciudades en la baraja y el atractivo de la diáspora sudamericana
CONMEBOL evalúa trasladar la final de la Copa Libertadores fuera del continente, con Miami, Madrid y Dubái como opciones sobre la mesa. La dirigencia aspira a ampliar audiencias y patrocinios, apostando por sedes fuera de América que garanticen operación impecable y por la infraestructura moderna de estadios que exige un espectáculo global.
Estas ciudades aportan conectividad, hoteles y capacidades técnicas para un evento de máxima visibilidad. Además, la presencia de la diáspora sudamericana en el exterior permitiría impulsar ventas, activaciones de marca y horarios pensados para audiencias mixtas, con un impacto comercial y mediático que la CONMEBOL desea medir.
Identidad en juego: hinchas y clubes cuestionan la salida de la Libertadores
El debate se alimenta en redes y en asambleas de clubes. Para muchos hinchas, la tradición futbolera sudamericana también es proximidad, viaje en carretera y tribunas que marcan pertenencia; trasladar la final podría romper rituales y encarecer desplazamientos que hacen de la competencia un acontecimiento propio.
Dirigentes y futbolistas advierten efectos en logística, costos y sentido competitivo. Señalan que la mística de estadios históricos se construye con memoria, clima y voces locales, elementos que una sede distante no replicaría, y piden evaluar calendarios, precios y cupos antes de mover el partido más esperado.